Sabemos de la empatía del perro, como acceden y distribuyen los recursos, su seguridad. Todos los procesos emocionales y comunicativos mueven mucha energía para poder actuar en su entorno.

Pero qué pasa cuando no tiene que cazar la comida porque le dan todo, no tienen que defenderse porque vive en un entorno controlado. Pues que se queda acumulada esa energía.

Así la entropía es la cantidad de trabajo que genera un sistema y no es aprovechado como trabajo útil. Sería como un desorden. Y cuanta más energía generada se reabsorba más aumenta el desorden y como consecuencia los problemas.

El desconocimiento de este concepto ha traído mucha confusión y malinterpretación en la conducta de nuestros perros, incluso de otros animales como los lobos y los que están en los zoos cuyo comportamiento no es igual encerrados que en su hábitat natural.

Este aumento de entropía afecta a la distribución de recursos, agresiones de jerarquía y aumento de relaciones tanto positivas como negativas .

Así que la mayoría de los perros de casa se encuentran en esta situación de entropía ocasionando una serie de problemas. Esto no se soluciona con su cambio en comportamiento, sino dándoles un rol social útil a través de un trabajo coordinado. Que utilice su energía para un fin. Que se sienta útil, con un entrenamiento, una labor colaborativa, de conjunto. Hacer de su vida cotidiana, una actividad, un juego, un expectativa.

También hay que decir que no todo los efectos de la entropía son malos. A nivel afectivo los perros muestran un nivel superior con las personas, más que con otros perros. Y es que nosotros respondemos de una manera más exagerada que sus congéneres a esta afectividad.

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